Verdad Central: El cristiano
disfruta de numerosos beneficios, que derivan de su salvación.
Versículo Clave: De modo que si alguno
esta en Cristo, nueva criatura es, las cosas viejas pasaron, he aquí todas son hechas nuevas. 2 Corintios 5: 17
Enfoque:
Describir
los beneficios que acompañan a nuestra salvación, y
adorar al Señor agradecidos, por un don tan grande.
Bosquejo:
I.- Hechos hijos de Dios
A.-
Coherederos con Cristo
B.- Los
privilegios de nuestra relación.
II.- Declarados justos en Cristo
A.-
Justificados por medio de la fe
B.-
Reconciliados con Dios, por medio de Cristo
III.- Sellados con el Espíritu Santo
A.- La marca
de propiedad divina
B.- La
promesa de la redención futura.
Introducción:
¿Puede causar un impacto
espiritual, el hecho de comprender mejor, las riquezas que
encierra la doctrina de la salvación?
¡Por
supuesto que sí! De hecho, es difícil crecer
espiritualmente, si no valoramos de manera significativa, las grandes
bendiciones que acompañan a nuestra salvación.
Este
estudio, es una buena oportunidad, para dar gracias a Dios, por sus numerosos
beneficios.
Desarrollo:
I.- hechos hijos de Dios
A.- Coherederos con Cristo (Juan 1: 12-13), (Romanos 8:17)
12 Más a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios;
13 los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios.
P.- ¿Que significa ser hijo de Dios, y quienes son hijos de Dios?
1.- Cuando alguien entra en una relación salvadora con Cristo, su posición ante Dios cambia.
2.- Antes de ser salvo, aunque Dios lo ama, el pecado lo mantiene alejado de Él.
3.- Una vez que recibe el perdón de sus pecados, y es declarado justo, Juan afirma que se le da la “potestad de ser hecho hijo de Dios” Juan 1:12
4.- La prerrogativa de ser hijo de Dios, incluye el convertirnos en herederos de su reino.
5.- Romanos 8:17 afirma: “Y si hijos, también herederos, herederos de Dios y coherederos con Cristo”.
6.- De la misma manera que es
normal, que un hijo herede las propiedades de sus padres, también aquellos
que se convierten en hijos de Dios, heredaran su reino.
7.- Por consiguiente, al
mismo tiempo que nos regocijamos en la verdad, de que nos espera una gran
gloria, también aceptamos que debemos sufrir, antes de entrar en esa gloria.
B.- Los privilegios de nuestra relación (Romanos 8: 14-16)
8:14
Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, estos son hijos de
Dios.
8:15
Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor,
sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba,
Padre!
8:16 El
Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios.
8.- Nuestra posición como hijos de
Dios, supone ciertos derechos, y también privilegios significativos.
9.- Entre estos privilegios, se
incluyen la relación con Dios, y la comunión o confraternidad que la acompaña.
10.- El
Espíritu de Dios habita en nosotros, y debe tocar cada aspecto de nuestra vida.
11.- En Romanos 8: 14-16, Pablo
establece un poderoso contraste entre aquellos que son guiados por el Espíritu,
y aquellos que andan en la senda del pecado.
12.- Declara que no hemos
recibido el espíritu de esclavitud, sino el de filiación.
13.- El primero nos lleva al temor,
mientras que el segundo nos da la libertad.
14.- Los cristianos disfrutamos,
de esas bendiciones de la filiación divina, y no de las injusticias de la
esclavitud, porque confiamos en un Padre celestial eterno y perfecto.
15.- Hubo un tiempo, en que no
teníamos ninguna relación significativa con el Señor.
16.- Ahora somos hijos suyos,
objetos de misericordia, somos llamados pueblo de Dios. ¡Esta es una
transformación realmente maravillosa! Gloria
a Dios.
II.- Declarados justos en Cristo.
A.-
Justificados por medio de la fe (Romanos 4: 4-8)
4:4
Pero al que obra, no se le cuenta el salario como gracia, sino como deuda.
4: 5
Mas al que no obra, sino cree en aquel que justifica al impío, su fe le es
contada por justicia.
4: 6
Como también David habla de la bienaventuranza del hombre a quien Dios justicia
sin obras,
4: 7
Diciendo: Bienaventurados aquellos cuyas iniquidades son perdonadas, y cuyos
pecados son cubiertos.
4: 8 Bienaventurado
el varón a quien el Señor no inculpa de pecado.
17.- La nueva posición que tienen
los creyentes respecto a Dios, no se basa en ninguna bondad o ningún merito que
estos posean. Es el resultado de la fe en Jesucristo.
18.- No hay obra humana, alguna
también de justicia, que pueda satisfacer la norma la norma santa de Dios.
19.- Esos actos superficiales de
bondad, no son más que “trapos de inmundicias” ante los ojos de Dios. (Isaías
64: 6).
20.- Pablo usa el ejemplo de Abraham,
para explicar la verdad de la justificación por medio de la fe.
21.- Cita a Génesis 15:6, donde se
afirma que Abraham “creyó a Jehová, y le fue contado por justicia” (Romanos
4:3).
22.- A diferencia del sueldo, que
una persona recibe como justa compensación por su trabajo.
23.- La salvación es obra de la
misericordia de Dios, y nos es ofrecida como un don. No es algo que podamos
ganar, u obtener con esfuerzo (Romanos 4: 4-5).
24.- Ante los ojos de Dios, somos
justos por causa de nuestra fe en Cristo Jesús.
25.- Nuestros pecados ya no cuentan
en contra nuestra. Cuando Dios nos mira, no ve esos pecados. Ve la justicia de
su Hijo Jesucristo.
26.- El pecado y la rebelión de la
humanidad fue lo que causo la separación entre Dios y el hombre.
27.- Y por medio de Jesucristo
somos reconciliados con El y podemos
acercarnos a Él.
28.-
La expiación por los pecados, es tal vez la más
fundamental de todas las bendiciones, que recibimos por medio de Cristo.
29.- Dios solo se complace de
nuestra, como consecuencia del sacrificio de Cristo.
30.- Si antes de la salvación, no
era posible complacer a Dios por nuestros propios meritos, ahora que somos
salvos tampoco podemos hacerlo.
31.- Nuestra gran esperanza y
promesa es, que nos podamos apoyar en la gracia y la misericordia de Dios,
que cada día recibimos por medio de Jesucristo.
III.- Sellados con el Espíritu Santo
A.- La
marca de la propiedad divina (2 Corintios 1: 21-22)
1: 21 Y
el que nos confirma con vosotros en Cristo, y el que nos ungió, es Dios.
1: 22
El cual también nos ha sellado, y
nos ha dado las arras del Espíritu, en nuestros corazones.
32.- En el mundo antiguo, el sello era la legalización del
derecho de propiedad.
33.- Cuando alguien de posición o
importancia, enviaba una carta o una encomienda, el sello era la evidencia de la identidad del remitente.
34.- La persona podía saber con
certeza, quien había enviado aquello, debido al sello que mostraba.
35.- De una manera muy parecida,
Pablo habla del Espíritu Santo, como el sello que ratifica todas las promesas,
que disfrutamos en Cristo.
36.- Así como la nación de Israel
llevaba en sí, la marca de la
circuncisión, que la distinguía de todas las demás naciones del mundo.
37.- También la presencia, y el
ministerio del Espíritu Santo, es la marca del derecho de propiedad de Dios,
sobre todos los que han depositado su fe en Cristo (2 Cor. 1: 21-22).
38.- El Espíritu Santo, ha puesto
su sello de propiedad, en los miembros del pueblo de Dios.
39.- Como respuesta, los creyentes
debemos esforzarnos, por representar la bondad y la santidad de Dios, en todo
lo que hagamos.
40.- Además de la obra del
Espíritu Santo en nuestra vida hoy, se nos da la seguridad, de una gran
esperanza futura, a través de la presencia del Espíritu en nuestra vida.
B.- La promesa de la redención futura (Efesios 1: 11-14).
1:11 En El asimismo tuvimos
herencia, habiendo sido predestinados conforme al propósito del que hace todas
las cosas según el designio de su voluntad.
1:12 A
fin de que seamos para alabanza de su gloria, nosotros los que primeramente
esperábamos en Cristo.
1: 13
En El también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de
vuestra salvación, y habiendo creído en el, fuisteis sellados con el Espíritu
Santo de la promesa.
1: 14
Que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión
adquirida, para alabanza de su gloria.
41.- En Efesios 1: 13-14, Pablo
nuevamente habla de la obra del Espíritu Santo, para reafirmar cual es nuestro
futuro eterno.
42.- Aquí se refiere al Espíritu
como las “arras”, el depósito inicial que da como garantía, de lo prometido
para el futuro.
43.- Este concepto de las arras,
era una práctica común en el mundo de los negocios, durante la época del Nuevo
Testamento.
44.- Se acostumbraba a ofrecer un
depósito a los negociantes, hasta que se presentaba el producto terminado.
45.- Al igual que hoy, este “pago
inicial” era garantía de las acciones futuras.
46.- La promesa de vida eterna es
crucial para todos los creyentes.
47.- Nosotros experimentamos
nuestra redención solo de manera parcial, cuando acudimos a Cristo.
48.- Sin embargo, un día la
experimentaremos en su plenitud.
49.- Ahora nuestra comprensión es
incompleta.
50.- No obstante, llegara el
momento en que abrazaremos plenamente todas esas cosas, que Dios nos ha
prometido. (Para nosotros, y a todos lo
que le sirven).
51.-
El Espíritu Santo obra sobrenaturalmente en
nosotros, y por medio de nosotros.
52.- Nos capacita para el servicio,
y alimenta nuestro crecimiento en el Señor.
53.- Esta presencia divina, es como
una fuente de constante seguridad. De esa seguridad hablo Pablo a los Efesios
vv. 11-12.
54.- El solo pensamiento de que
somos embajadores de Cristo, tal vez nos llene de temor.
55.- Pero no enfrentamos esta
responsabilidad, con nuestras propias fuerzas.
56.- Dios escogió a su pueblo,
para que fuera santo, conforme a su propósito y a su voluntad.
57.- Si el derrama su bendición
sobre nosotros, no es para que realicemos nuestros propios deseos, sino para
que representemos a Jesús.
58.- Como miembros de la familia
de Dios, debemos seguir hacia delante, con el poder del Espíritu Santo y en la
voluntad del Padre.
Conclusión:
A.- La obra salvadora de Dios en
nuestra vida, nos beneficia hoy en la tierra.
B. También nos da la esperanza
de una recompensa eterna.
C.- El Señor nos transforma.
D.- Nos da el don de la
justicia.
E.- Nos da el poder del Espíritu
Santo, para que su obra en nosotros sea completa.
F.- Todo lo que es necesario para
llevarnos a su presencia eterna, ya ha sido hecho a través de Cristo.
G.- Solo nos queda creer en Él, y poner en acción nuestra fe, y vivir como hijos suyos.
H.- Alabe al Señor, por la
maravillosa y rica salvación, que nos ha dado por medio de Cristo.
I.- Tome la resolución, de vivir
en constante reconocimiento y gratitud, por lo que Él ha hecho en usted.
J.- Pida al Señor que le dé el
poder y la fortaleza que necesita, para vivir de una manera que le glorifique.
K.-
Ofrézcase a Dios, como sacrificio vivo de adoración. CUANDO lo haga, crecerá en
su andar con El.
¡BENDICIONES!
por: